El salón de exhibición de Maserati se implanta con personalidad dentro de una franja estrecha del complejo Reid & Co. La concepción del volumen parte de un prisma rectangular alargado de vidrio y aluminio que se inclina como metáfora sugerente de movimiento, y reproduce la forma de las branquias o respiraderos de la carrocería de los potentes automóviles que alberga, un recurso utilizado por la marca en muchos de sus muebles y exhibidores.

Salvo el estrecho antepecho de aluminio compuesto que cruza la nave horizontalmente y se proyecta en voladizo, la envolvente se compone de grandes paneles de vidrio autoportantes de cuatro metros de altura. El muro exterior es sustituido por el marcado deseo de transparencia; los paneles de vidrio se apoyan sobre contrafuertes invisibles del mismo material, apenas conectados entre sí con los mínimos herrajes. Los soportes estructurales, reducidos a finas columnas metálicas, dan un paso atrás para pasar inadvertidos detrás del plano acristalado predominante.

Las paredes blancas integran, a manera de zócalo, una fina lámina de aluminio, y en la parte superior soportan directamente, sin mostrar las vigas, el techo que oculta la estructura metálica, las instalaciones y hasta las correderas de las puertas deslizantes de vidrio. El muro exterior es sustituido por el marcado deseo de transparencia; los paneles de vidrio se apoyan sobre contrafuertes invisibles del mismo material, apenas conectados entre sí con los mínimos herrajes.

Finalmente, en esta concepción minimalista, el famoso logo del tridente de Neptuno y la marca que representa se destacan relucientes sobre un módulo de paneles de vidrio tratados al ácido, de color bronce y de fabricación exclusiva.

Productos usados:

Fachada: Vidrio transparente (clear) templado de 12 mm de espesor y 4 m de altura.
Pavimento el porcelanato color blanco hueso de la marca Graniti Fiandre.